Por Sara Moget
Recuerdo haber empezado “La Novia gitana” de Carmen Mola una mañana de verano y haberla acabado… el día siguiente. El comienzo de la historia me pareció un poco lento, ¡pero a partir del tercer capítulo ya no pude dejar el libro! Es de esas historias que te atrapan y que te obligan a leer y leer sin conseguir parar.
Compré este libro en una librería de Santiago de Compostela llamada “Follas novas” (“hojas nuevas”). Es de esas librerías que te acogen tan pronto entras por la puerta, que te hacen sentir como si estuvieras en casa. Además, ¡es mágica! Puedes estar seguro de encontrar el libro que buscas en una de sus estanterías. No suelo leer muchos thrillers, pero este me llamó la atención enseguida. Su portada me intrigaba.
Susana Macaya, de origen gitana, pero educada como paya, muere la noche de su despedida de soltera. Dos días después, la policía descubre que ha muerto de una forma cruel y… peculiar. Y, lo más curioso, es que mataron a su hermana Lara del mismo modo, siete años antes, poco tiempo antes de su boda. ¿Será el mismo asesino? Sabiendo que está en la cárcel. ¿Será alguien que sigue sus pasos? La inspectora Elena Blanco y su equipo se encargarán de encontrar al asesino. De hecho, la inspectora también esconde algo…
“La novia gitana” es una novela de más o menos 400 páginas que se leen muy rápido. Además, los capítulos son cortos entonces anima a leer uno más, y otro más, y otro más. Sin que nos demos cuenta ya estamos leyendo la última página. Menos mal que Carmen Mola publicó dos otros libros que son la continuación de este...
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